La Leyenda del Loco Manzanar

Capítulo 3. Sobre :), el dios que quería ser leído.

Un día, llegaron a oídos de Djinn y Yiniyán los primeros rumores sobre un dios de impronunciable nombre, quien simplemente se hacía llamar :). Poco sabían de él, aunque todos coincidían en vincularlo a Rastabra, dios proveniente de las brasierras situadas al otro lado del gran Ojo de Agua. Se decía que :), dios poeta, también había crecido en esos lares, pero que desde hacía tiempo vagaba por Mundo Tierra en una frenética búsqueda de lectores que devoraran su obra. :) era introvertido y observador, y su boca sólo se abría en momentos precisos y por el tiempo adecuado. Prefería, como Yiniyán, que las palabras pasaran por su mano antes que por sus labios, y tenía en la poesía una poderosa aliada, un potente altavoz que hacía escuchar su voz leve y entrecortada en cada rincón de Mundo Tierra.

Así hablaba :), desde la poesía. Quienes entendían sus palabras, lo escuchaban con atención. Quienes no, no. Y entonces :) se enfadaba, y se preguntaba para que escribía si nadie lo leía, y para que prologaba su obra si ni siquiera el prólogo iban a dignarse a leer. De momento, sólo eso sabían los dioses intermitentes sobre :). Tiempo después, incluso luego de la creación del Loco Manzanar, Djinn y Yiniyán sabrían que, en realidad, :) era el mismísimo spooky buk, un viejo bromista del espacio internético famoso por sus laberínticos juegos de palabras.

La existencia de :) era lo único que faltaba a Yiniyán para completar su idea, para dar el gran golpe de suerte que los libraría, a él y a Djinn, de su existencia intermitente. Yiniyán soñaba un mundo permanente, uno que no se esfumara arrastrando en su desaparición las existencias de él y su compañera de juegos. Ahora ya contaba con tres habitantes, y por pirmera vez sintió que su proyecto podía hacerse materia.

Durante un demen matutino, de pronto Yiniyán entendió que el momento había llegado. Con atenta mirada, Djinn esperaba su propuesta.


Yiniyán